A Marco Marsullo, italiano, le llegó una propuesta de la editorial Rizzoli. La idea era escribir una historia sobre deporte, así, en general. Cuando se puso en marcha, lo hizo dispuesto a narrar la vida de un piloto de Fórmula 1, pero todo cambió una noche rodeado de cervezas, no podía ser de otra manera. Un amigo, entre trago y trago, le habló de Mágico González, y aquel nombre y el misterio que le rodeaba más allá del fútbol lo introdujo en un mundo del que, hasta la fecha, tan solo se conocía lo que quienes lo vivieron, directa, indirecta o supuestamente, habían explicado.
El adjetivo mágico no solo define al extraordinario futbolista que fue, sino también a la persona, cuya historia de vida sigue siendo un enigma. En Cádiz y en El Salvador, país en el que sigue siendo un mito y que este sábado 8 de noviembre disfrutará en el estadio que lleva su nombre de un Barça-Real Madrid de Legends en el que, a sus 67 años, jugará unos minutos. De Jorge ‘Mágico’ González se dice que fue íntimo de Camarón de la Isla en Cádiz, ciudad que eligió para vivir y jugar a fútbol, que no fichó por el Barça porque lo pillaron en una situación ‘incómoda’ durante la gira en la que participó con los blaugrana. Se dice, se dice… Solo él y nadie más que él sabe la verdad de todo lo vivido.
¿Por qué un libro sobre Mágico González?
Nació de una propuesta de la editorial Rizzoli. Me pidieron una historia sobre deporte. Yo estaba a punto de escribir sobre un piloto de Fórmula 1, pero una noche, tomando unas cervezas con un amigo, me habló de Mágico. Busqué su historia en internet y descubrí una de las más románticas del fútbol.
Y tuvo que viajar a Cádiz, claro.
Poco después fui a Cádiz con un amigo, pasamos tres o cuatro días allí. Tenía 27 o 28 años, así que cualquier excusa era buena para ir a Cádiz. Hablé con gente en los bares donde a Mágico le gustaba escuchar flamenco. Allí encontré lo más importante: su humanidad. Quise escribir una historia entre la realidad y la ficción, una historia romántica sobre su vida y su fútbol.
Mágico González, Cádiz legend, was close to signing for Barça / SPORT
¿Y qué parte del libro es verdad y cuál invención?
Esa es la magia. Nadie lo sabe. Lo del taxi (se dice que trabajó de taxista en San Salvador y ahí arranca el libro), por ejemplo… no sé si es real o ficción. Él nunca responde. Le gusta estar solo, no hablar con periodistas. Pero me fascinaba la idea literaria de ese hombre que conduce un taxi y escucha a desconocidos. Me parecía una forma de psicoterapia.
¿Para él o para el cliente?
Cada día encuentra a uno, dos, diez desconocidos; los escucha durante diez minutos o media hora, habla y luego olvida. El retrovisor es una metáfora: mirar a los demás, mirar también el propio pasado.
¿Y su amistad con Camarón de la Isla?
Me lo contó un viejo en el Bar Gol, cerca del estadio del Cádiz. No sé si fue verdad o una historia inventada. Se sabe muy poco de Mágico. Hay muchas historias, pero nunca sabes cuál es cierta y cuál no. Sin embargo, necesitaba narrativamente esa conexión con el flamenco: una música melancólica y festiva, como la vida de Mágico.
¿Llegaste a conocerlo personalmente?
No. Pero tengo una foto de Mágico en El Salvador con mi libro en la mano. Solo él podría decir si es verdad o mentira. Antes del covid estuve muy cerca de conocerlo, incluso la embajada de El Salvador en España quería organizar algo, pero llegó la pandemia y todo se detuvo.

Mágico González will play with Barça in the Legends Classic in San Salvador / NSN
“El genio que quería divertirse” y “El taxista de Dios” es el título dependiendo del país. ¿Por qué?
Porque Mágico era un hombre que escuchaba. Un genio, pero también un loco en el mejor sentido. Podía ganar muchísimo dinero y no le importaba nada. Solo quería divertirse. Vivir sin excesos destructivos: sí, la noche, la fiesta, el mar, pero también la libertad.
¿Libertad también de creación en su caso?
Cuando la gente me pregunta cuál de mis libros es el más autobiográfico, siempre respondo que “El taxista de Dios”. Puede sonar extraño, pero ese hombre que busca la diversión, la poesía y el sentido de su vida… era también un poco yo cuando tenía treinta años.
Estuvo cerca de fichar por el Barça.
Un jugador como Mágico no podía ser feliz en un club así. Se cuenta que en una gira con el Barça lo encontraron en la cama con dos mujeres. Me gustaría que fuera cierto por él, porque suena divertido, pero dudo que sea verdad.

Mágico González, Cádiz legend, was close to signing for Barça / SPORT
¿Por qué no podría haber sido feliz?
Equipos como el Barça, el Real Madrid, el Milan o la Juventus no están hechos para hombres como él o como Riquelme. Son jugadores absurdamente geniales, pero felices solo en entornos como Boca o Cádiz, donde el fútbol se vive con alma y libertad. En los grandes clubes habrían sufrido, se habrían desnaturalizado.
Encontró su lugar en Cádiz.
Cádiz es el sur. Yo soy de Nápoles y adoro el sur del mundo. Estuve un mes en Argentina hace años con la excusa de escribir un libro, pero en realidad era un diario de viaje. Me encanta el mar, el calor, la gente. Cádiz es perfecta para un hombre como él. Como lo fue Nápoles para Maradona. En Nápoles, como en Cádiz, el fútbol no es un trabajo, es una forma de existir. No podría haber sido igual en Turín o Milán. Son ciudades diferentes, con otra alma.
Y un día, Mágico desapareció.
Sí. Mágico no quería tener redes sociales ni periodistas esperándole debajo de casa. Quería una vida simple. El fútbol era solo una parte de su vida, no su vida entera. Esa es la gran diferencia entre él y otros campeones. Para muchos, el fútbol es una obsesión. Totti, por ejemplo, vivía solo para eso. Mágico no. El fútbol era solo una de las muchas cosas que amaba. Por eso, cuando volvió a El Salvador, algunos decían que conducía un taxi. Tal vez sí, tal vez no. Y eso es hermoso.
Este tipo de futbolista ya no existe hoy.
Quizá Ronaldinho. Su juego era pura felicidad. Jugaba con una sonrisa, como un niño. Ese fútbol sin miedo, sin cálculo. Ronaldinho tenía algo de Mágico: la alegría de jugar solo por el placer de hacerlo. Hoy el fútbol es otra cosa. Los jugadores tienen 17 o 18 años y ya son multinacionales, con millones de seguidores en Instagram, representantes, agencias. Eso no es fútbol. Por eso me gustan Bielsa o Zeman: su fútbol es del pueblo, como el de antes.

Mágico González will play with Barça in the Legends Classic in San Salvador / NSN
No me extraña que eligiera a Mágico para su libro.
Cuando elegí su historia sentí que se parecía mucho a mí. Melancólico, poético, libre. Su historia era la de un hombre cualquiera, con un genio interior que solo quería disfrutar. Por eso lo escribí. Porque me enamoró su forma de estar en el mundo.
Incluso Maradona dijo que solo había un futbolista mejor que él, Mágico González.
Y si lo dice Maradona, hay que creerlo. Cada dios tiene su mesías. El fútbol de Mágico se parecía al de Diego: esa alegría interna, esa sonrisa invisible. Prefería la asistencia al gol. Y eso lo define. El verdadero 10 nace para dar el pase, no para marcar. Cuando leí esas palabras de Maradona, supe que había encontrado el personaje perfecto para mi libro.
No me ha respondido y llevamos un rato charlando: ¿realidad o leyenda?
Ambas cosas. En su caso, la verdad no importa. Lo importante es la poesía.
